Sus calles, sus casas de colores y rejas de forja en los ventanales y balcones que dejan entrever flores de mil tonalidades.
Es colonial y habria que pararse a ver cuantos pueblos o ciudades de ese estilo quedan en España. Lo mas semejante quiza sea Almagro.
Nada mas dejar las cosas en el hotel, que todo hay que decirlo, aunque no era una maravilla nos costo 30 quetzales la noche(3€), fuimos derechitas al Café de la Condesa, situado en el parque central. Alli todas sabiamos ya lo que ibamos a pedir: una tarta tres leches…mmmm… deliciosa!!!
Mientras tanto fue llegando el resto de la gente y nos fuimos a cenar.
En Antigua, al menos yo, en lo que mas dinero me gasté fue en el mercadillo indígena, por supuesto, y en las comidas. Es una ciudad bastante cara en relacion con el resto del pais, lo del hotel fue una ganga difícil de encontrar.
Al dia siguiente decidimos subir al volcan Pacaya. Que alucine!!!! La subida fue mortal y eso que solo fueron 2 horas, pero bien cuesta arriba como imaginareis.
Y al llegar, la lava corria bajo las rocas volcanicas, que crujian a nuestro paso, y se dejaba ver entre las grietas.
El rio de lava bajaba hasta nuestros pies y el calor era tan intenso que en algunas de las fotos los brazos me ardian. Por ejemplo en la que sigue.
Para bajar se nos hizo de noche y fue bastante complicado, pero me alegro de haber podido ver atardecer en lo alto del volcan, ver la lava incandescente en la noche y saber la aventura que nos esperaba en la bajada.
En esa excursión hicimos nuevos amigos, Olivier(un frances super majo) y alguno no tan amigo(tuvimos movida para entrar en un alter party con un pive medio chalado que comenzo a meterse con nuestro pobre Miguel).
Y, lo mejor, durante este viaje aunamos lazos con los que ya conociamos, Miguel, Javi, Jose…. Y por supuesto el sexteto de español@s.
Un beso

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